Café Turco
Si hay algo de lo que se sienten orgullos los turcos es de su café. Sí, es café, pero no es un café cualquiera… es fuerte, no se filtra y tiene un sabor final a resina. Sin hablar de que sus posos se leen y te vaticinan el futuro. Es la guinda perfecta para cualquier velada.
Aunque lo que más veamos que toman es Çay, el café es originario, dicen, de la zona de Anatolia. Fue en el s.XVII cuándo los otomanos lo exportaron a Italia. Y porqué toman tanto té y no café? Suponemos que por su precio… un çay puede costar 0,50 TRL y un café no lo hemos encontrado (aún) por menos de 4TRL.
Vamos a explicaros paso por paso cómo se prepara un buen café turco, al estilo “Pelin”:
Una vez acabamos el café, colocamos el plato encima y rotamos varias veces hacia la derecha. Una vez hecho esto, le damos la vuelta a la taza contra el plato y dejamos que repose.
Tras un rato, pediremos un deseo e intentaremos levantar la taza del plato. Si se queda pegado, nuestro deseo se cumple… si no se queda pegado… ups!
Procederemos a leer los posos que han quedado dentro de la taza: se buscan animalitos y cosas así… viva la imaginación de la gente!
Después, volcamos los posos del plato a la taza y leemos el plato… mismo sistema. Dicen que si caen los posos del plato con fuerza significa que estás liberándote de cosas malas que llevabas dentro.
Este es mi plato… qué veis vosotros?
¡Qué rico! Junto con un café turco viene muy bien el baklava, dulce muy típico del país. Para no decir que la gastronomía turca es deliciosa.
Lo del plato sucio quedo claro… pero si le hecho un poco de imaginación… un caballo sobre sus patas traseras…
veo un plato urgente de lavar hhhh
Eso lo vemos muchos jajaja Además, para que se te cumpla el deseo después tienes que lavar el plato personalmente y a mano… Por las dudas, así lo hicimos! Gracias por participar!