Hasan… sueños sobre ruedas
Recordad este nombre: Hasan. Tiene 68 años, y ha recorrido innumerables veces Europa subido en su vespa. Nada tiene más que sus conocimientos de mecánica, una vieja casa otomana y una hospitalidad que sin límites. Vive despacio, muy despacio desde que se jubiló de su trabajo de costurero. Te cuenta sus mil viajes en el tiempo, y cuando su inglés es insuficiente para describir lo que siente, entorna los ojos al cielo, suspira y se besa los dedos en una expresión de “sublime”. Y es que adora lo más sencillo de la vida… dice que el viento fuera de Turquía se siente diferente, depende de la carretera por la que vayas, el viento sopla de una forma u otra. “Mi vespa está vieja, como yo!”, se ríe… “así que solo podemos hacer 70 km. al día o así. Siempre acampo, no tengo dinero para hoteles!”… Pero no los necesita, él es feliz al aire libre. Hay cosas que no se pueden ni se deben contener… es peligroso, y su alma es una de ellas. Con sus achaques y su cojera planea su próximo viaje el cual ha empezado ahora hace 1 semana… no le importa y da igual lo que le digan sus hijos o sus amigos: morirá viajando, lo tiene claro.
Sus amigos son su gran tesoro… cada noche se reúnen en el patio de su decadente casa, sentados en sillas rotas, trozos de madera o cajas a escuchar sus mil batallas. Médicos, ingenieros, profesores… la élite cultural de Sanlurfa se sienta en silencio a su alrededor con un çay en la mano y la expectación de quien espera una buena historia… y le escuchan atentamente. Nunca decepciona, sus historias siempre mantienen la tensión y el vilo de sus oyentes. No entendemos turco, pero no nos hace falta para ver cómo disfruta su público. Se reanudan los debates a su alrededor, animados y distendidos, hasta que se acuerda de la siguiente historia, y se vuelve a hacer el silencio. Su voz resuena profunda y sólo el eco le responde…
Toca el violín, con ahínco y muy buen tino… y una especie de Batlava. Tiene videos en internet. No sabe cómo va eso, pero sus amigos le llevan “las cosas de ordenador”. Acoge viajeros porque sabe lo duro y hermoso que es viajar y lo que se agradece una cama amiga… pero sobretodo porque necesita seguir siendo joven, es imprescindible para él y con cada visita, rejuvenece un poco…
Entrañable, creo que esa sería la palabra que mejor describe a este hombre. Y toda una inspiración para los que creemos que otra vida es posible… una vida libre de ataduras materiales dónde una buena conversación y un buen çay hagan de una noche un evento mágico. Dónde el viento y su olor, sean el mejor souvenir que nos traigamos de cada uno de nuestros viajes… recuerdos que convertir en batallitas para un público ávido de historias y harto de rutinas.
[…] a la casa, y allí nos esperaba Hasan, en su clásica casa otomana del centro histórica de Urfa, con su mejor sonrisa y las puertas […]
donde es su proximo viaje?