Hay lugares que esperas y lugares que te sorprenden… si bien era difícil que nada te sorprendiera en Irán después de haber visto las maravillas de Isfahan, la mística Yazd o los colores de Shiraz, resulta que al final, lo que más llamó tu atención del país, fue Kashan… Es un pueblo pequeño, así que hay muchos viajeros que se lo saltan… creen que no tiene mucho que ofrecer. Pero enclavada entre Isfahan y Teheran, Kashan es un regalo a la vista, al oído y a todos los sentidos…
Fueron dos viajeros quienes nos insistieron en que debía estar en nuestra ruta, que sus casas y su Hammam nos iban a dejar impresionados… y no fue para menos. Tal es el punto que creo, que esta va a ser la entrada con más fotos que he subido… así que como ya hicimos con la fantástica catedral de Vank, subiremos una entrada fotográfica con todas las fotos que no tengan cabida en este artículo.
Ahora sí, poneos las botas, ajustáos el hijab y preparad las cámaras porque nos vamos de ruta por Kashan…
Llama a la puerta de Kashan
Si ya sabias que Irán es la tierra de las alfombras, dónde el arte se convierte en maestría es en Kashan. Es tal el orgullo que sienten de su producción y sus obras que es algo que reclaman desde el momento en el que pones los pies en la ciudad: “Las mejores alfombras del mundo están en Irán, y las mejores de Irán, están es Kashan”. Y es que no hace falta más que darse una vuelta por el casco antiguo de la ciudad para ver telares, e incluso algunos talleres dónde tiñen el algodón y las lanas para su posterior anudado…
Recorrer el Bazar y sus puestos fue, como ya viene siendo costumbre en Irán, un paseo lleno de luces, colores y sonrisas, agradable bajo la protección de sus bóvedas y vibrante con el bullicio de la tarde…
Y llegas a la Mezquita Masjed-e Agha Bozorg… Una mezquita rara… que tiene un sótano abierto frente a la puerta principal que provoca el efecto óptico de ser una piscina.
En la parte inferior, hay una escuela islámica… rodéala con cuidado y cariño y dirígete al edificio principal. Los pocos frescos que quedan en sus paredes hacen pensar que en la belleza de la que debió ser dueña unos años atrás. En pleno proceso de restauración, cúpulas y columnas empiezan a dibujar una silueta hermosa y recargada…
Gírate y mirala desde otra perspectiva… desde ahí se ven las dos torres de aire que refrescan la escuela en la parte inferior y se camuflan como si de minarets se trataran… Impostoras!
Desde aquí vamos a ir a la calle Alavedi… tranquila, está cerca… aquí, menos los jardines de la Unesco, (que hay que tomar un bus en la calle principal delante de la mezquita) está todo cerca… En la calle Alavedi nos esperan 2 casas espectaculares… Por cual empezar?
Khan e-Tabatabei… estuco, espejos y vidrieras
El precio de cada casa por separado eran 15.000 y el del Hammam 10.000, y el ticket combinado era de 25.000 Tomanes, pero bajaron los precios porque eran conscientes de que se les había ido de las manos. Así que la casa Tabatabei son 10.000 Tomanes, 15.000 para la Abbasia y que el Hammam son 5.000 Tomanes. El ticket combinado te permite ahorrar 5.000 Tomanes entre los 3.
Construida en 1880, la casa Tabatabei es una obra de arte de tres plantas, que se compone de 3 espacios diferenciados: un espacio para la familia, un espacio para los invitados y las visitas y un espacio para el servicio.
Edificada alrededor de 4 patios o jardines, el más grande de todos tiene una fuente en el centro que refresca tanto como decora…
Fíjate en las ventanas… sí, también en las vidrieras de colores que alegran la estancia y dan vida al suelo… pero no, me refería al marco de la ventana. Ves que no tiene bisagras? Es algo que nos llamó mucho la atención y que, según nos explicaron, es una característica de estas casas…
Baja al sótano… ves ese túnel? Entra dentro y sentirás el aire corriendo tras las paredes gracias a las 4 torres de aire que tiene la casa… Eso les permitía tener hasta una zona refrigerada para la comida… Una obra de ingeniería que nos sigue sorprendiendo cada vez que la vemos.
Fíjate en las paredes y en lo refinado que es el estuco que las recubre… cada relieve, cada cenefa, cada dibujo es una obra de arte anclada en paredes de hace 200 años. Fíjate como los rematan con espejos o pequeños cristales…
Y no te pierdas las vistas desde arriba ni sus cúpulas inexistentes… que dibujan en el cielo una espera perfecta que se convierte en el techo que a todos nos gusta admirar… Nubes y claros entre mosaicos.
Dos picaportes, dos sonidos, dos mensajes…
No es aleatorio que los picaportes de las puertas de Kashan sean diferentes. Ni tampoco cumple a razones únicamente estéticas. El sonido de ambos es diferente, Y cuál usar? Depende de tu sexo… siendo varón, golpearás (como era de esperar) el alargado y con aspecto fálico… y siendo mujer será el circular o con forma de corazón… así en la casa podían saber si quien llamaba era un hombre o una mujer… y en función de ello, alguien del mismo sexo acudía a abrir la puerta.
Tras salir de la casa muy contento de la elección de haber entrado, (en Yazd decidiste no entrar por consejo de los locales, que te dijeron que las de Kashan eran mucho mejores… consejo por el que no dejas de dar las gracias!) decides dirigirte al Hammam… Baños has visto muchos, sobre todo en tu paso por Turquía, pero nunca creíste que sería este el que se convertiría en tu favorito.
Es el hammam del Sultán Mir Ahmad y tiene 500 años de historia… en su entrada lúgubre y pequeña no puedes ni imaginar lo que se esconde tras la cortina… como en un concurso de la tele, eliges abrir la puerta número 1, tras la que se esconde la primera sala del hammam…
… oh sí… no está en uso pero huele a hammam, suena como un hammam y enamora como un hammam…
Esos relieves, esas telas, esos cojines, esos colores… esa fuente en el centro, esa temperatura que sube…
… esas ganas locas de quedarte, de no moverte, de inhalar sus vapores… hasta que descubres una puerta y debes continuar… pasas a la sala 2, con más fuentes, con más menta, con más calor…
… con sus mosaicos y sus frescos, con su sala del agua fría y su historia… toda su historia concentrada en uno de los edificios más chulos que has visto en Irán… y quizás, en todo tu viaje… Oh! Ese Hammam… se merece una galería propia… que ahí va!
Y cuando crees que se ha acabado, en esa pequeña y triste recepción te piden que abras la puerta número 4… no te lo puedes creer pero se puede subir al terrado!
Y las vistas de Kashan desde allí, con la puesta de sol como pintor invitado, son…
Al día siguiente vas a ver la otra casa que tienes ya pagada, porque no hay límite de días para gastar las entradas…
La Casa Abbasian
Si hay algo que destaca de la casa Abbasian es que su propietario era un cristalero muy famoso y cotizado… lo de famoso se nota en los 6 edificios que componen la casa, es la más grande de Kashan…
… y lo de cristalero… bueno, con semejantes vidrieras, era algo evidente que el dueño, era del gremio!
Por supuesto, también se puede ver aquí el estucado, los relieves y los acabados en espejo que habíamos visto en la casa del día anterior…
Sube a la segunda planta… ojo no te pierdas entre tantas escaleras y puertas secretas… en la segunda planta verás los techos y frescos más espectaculares de la casa…
No te pierdas sus claustros ni sus patios, sus fuentes y árboles frutales… hasta 6 jardines que conectan los diferentes edificios…
Es muy grande, y está en peor estado que la otra, así que no, a pesar de ser preciosa y tener detalles muy bonitos, no es tu casa favorita, pero te alegras y mucho de haber entrado…
…aunque la están restaurando y cuando terminen, seguro que se cuela en tu top10! Habrá que volver…
Abandonas Kashan dirección a Qom, la ciudad más religiosa y conservadora de Irán, porque quieres ver también esa cara del país… aunque,, una vez más, la gente te sorprende y rompe todos tus esquemas!
Para ver más fotos de Kashan, entra en la galería que hemos publicado… Demasiada belleza para seleccionar sólo unas pocas!
[…] después de Kashan, hacia dónde vais? Directos a […]
que duda cabe que vuestro relato pone en evidencia las fábulas que nos llegan de ese país, y siendo así me asalta una duda, porque no se promociona que merece la pena desplazarnos en la certeza de que lo que encontraremos está lleno de enigmas y sorpresas, pero fuera de peligros! Un abrazo viajeros!!