Nukus… Capital del Karakalpakstan

Tras la desoladora visita a Moynaq y el mar Aral, nos dirigimos a Nukus… Llegamos a la plaza de Moynaq desde dónde sale un autobús público a las 15h dirección a Kungrad. Preguntamos por los taxis compartidos pero nos pedían 80.000 SOMS por el trayecto, algo que estaba muy lejos de nuestro presupuesto. Como ya habíamos hecho otras veces, declinamos la oferta y nos sentamos a esperar el autobús… No pasaron ni 20 minutos cuando un taxista se nos acercó y nos ofreció llevarnos por 40.000 (20 por cabeza). En autobús eran 5.000 hasta kungrad y 10.000 hasta Nukus, así que nos pareció perfecto.

Llegamos a Nukus directos al hotel que lleva su nombre y que la Lonely Planet sugería como opción más económica en la ciudad. Sin internet pero con aire acondicionado es un hotel soviético viejo y desaliñado que cumple su función. Piden 30$ la noche pero aplicando el cambio oficial, así que si se paga en SOMS, nos salió por 78.000SOMS que vienen a ser unos 17$ en el momento de nuestro viaje. Sólo una pega: en la tercera planta el agua funciona 5 minutos sí, 5 minutos no… no es broma, no…

Comiendo en el Kafé!

Tras ubicarnos en el hotel, justo en frente mientras buscábamos un local con internet encontramos lo que sería nuestro gran aliado en la ciudad: un kafé. Lo escribo con k para que nadie piense que es una cafetería… es un restaurante dónde toda la comida está a la vista y se eligen los platos. Habíamos visto algo parecido en Turquía, llamado “Lokanteria” pero eran muy caros y tenían poca variedad… es genial poder señalar con la mano lo que quieres comer, verle la “cara” al plato y la cantidad servida… Fue nuestro lugar favorito y este tipo de establecimientos siguen acompañándonos a día de hoy por todo Asia Central.

Mizdakhan… visitando tumbas

No nos lo podíamos perder… una necrópolis antigua y caótica con cientos de años de historia y tradición… Para llegar alquilamos un taxi y a su chófer por 4 horas quien nos llevó con gusto a hacer toda la ruta por 50.000SOMS entre los dos… un lujo para nuestro presupuesto pero era algo diferente y nos apetecía visitarlo. La necrópolis de Mizdahkan es un complejo arquitectónico datado entre el s. IV adC a nuestros días, pero con especial expansión sobre el s. XV. Es el complejo más venerado por los musulmanes en el país, aunque no sólo se encuentra el islam entre sus muros… el zoroastrismo se entrelazó aquí con la religión de Mahoma…

Extracto de la web de centralasia-travel.com

Los arqueólogos creen que Khorezm debería considerarse el lugar de origen del Zoroastrismo (mazdeismo), muy anterior al cristianismo o al Islam. Se cree que es aquí dónde se encuentra la tumba de Adán y el mausoleo erigido sobre ella, al cual llaman el reloj mundial. Según la tradición, cada año se cae un ladrillo de las antiguas murallas, y cuando el último de ellos toque el suelo, llegará el fin del mundo. Muchos peregrinos hacen pirámides de 7 piedras con la intención de alargar la vida del mundo y evitar que el reloj llegue a su fin… 

Los historiadores suponen que la tumba de Adán en Mizdakhan es también el lugar de enterramiento de Gayomardan (Gayomard, Gayamaretan), el primer hombre creado por Ahura Mazda (Dios de la Sabiduría y el Sol en el zoroastrismo). En el libro sagrado del zoroastrismo – el Avesta – se menciona la ciudad de Mazda, erigida en honor de Ahura Mazda, en ella se creó el primer hombre. Por cierto, en el idioma uzbeco, la misma palabra «Adán» todavía ha conservado su significado original – «adam» en uzbeko significa «hombre». Puede ser que aquí en la tierra de Khorezm estuviera el paraíso, donde la famosa manzana todavía suena como una prohibición directa de Dios – «No toques» («Olma» – se traduce de uzbeko no sólo como «manzana», sino también como un verbo en la forma negativa – «no tomes», «ol» – tomar», «ma»- partícula negativa). Fuente: centralasia-travel.com

Nada más entrar en la necrópolis la situación nos abrumó… el caos es absoluto al extremo de que no se ven sitios por dónde pasar. En algunas ocasiones hay que saltar las tumbas, literalmente… Algunas son tan viejas que están hundidas o medio abiertas, lo que le imprime un carácter muy siniestro… Tienes la constante sensación de que puedes caerte dentro, o peor… que algo puede salir de allí.

Si bien ya estamos acostumbrados a no ver cruces en los cementerios musulmanes, algo que nos llamó la atención la primera vez, por supuesto, aquí descubrimos algo nuevo… habían una especie de escaleras sobre las tumbas. Tuvimos que esperar dos días para poder averiguar lo que significaban… antes del entierro, llevan el cuerpo del difundo sobre ellas, y después, lo dejan encima de la tumba, a modo de escalera para ayudarles a alcanzar el paraíso. Durante nuestro paseo vimos muchas miniescaleras, y al saber que es para llevar el cuerpo, entendimos que las hacen del tamaño de la persona… un escalofrío nos recorrió en ese momento… demasiados niños en un cementerio.

Algunos mausoleos son sencillamente obras de arte… pequeñas mezquitas dispersadas entre el caos de las tumbas que las rodean. Muchas de ellas, las tumbas más básicas, cuentan con una valla de hierro azul que las rodean… nos dicen que sobre todo se ponían en la época en la que había posibilidad de que se enterraran cristianos allí… un musulmán no puede descansar en el mismo suelo que un “infiel”, así que vallándolo se evita compartir el “suelo”. El color azul suponemos que es por identidad nacional, ya que casi todo es azul aquí…

Algunas tumbas tienen forma de pirámide… la escalera se queda dentro, sobre el cuerpo y se recubre con ladrillo cocido o adobe cerrando el espacio. Por el paso de los años y el mal estado de muchas de las tumbas, se pueden ver algunas por dentro…

La visión desde la cima es la de un pueblo antiguo que discurre por la ladera de la montaña. Con sus colores tierra, sus mezquitas y sus azulejos verdes y azules, está muy lejos según nuestro parecer, de asemejarse a un cementerio… eso aún lo hace más especial.

Dentro del recinto hay una madraza… realmente, así empezó todo. Mizdakhan pidió ser enterrado cerca de la Madraza y se le construyó un Mausoleo subterráneo que es sencillamente espectacular. Todo recubierto de cristales azules en su interior, sus arcos, cúpulas y grabados son de una belleza austera y distante a todo lo que veríamos después… Es mucho más sobrio y muchísimo más antiguo que el resto de tesoros que esconde Uzbekistán. Quizás por eso tiene una magia especial, porque ni fue arrasado ni reconstruido… allí, en aquel remoto lugar, se ha conservado en muy buen estado.

La madraza, reconstruida una parte, también se puede visitar… hay una mesa central en lo que creemos era la zona de reunión… no se conserva mucho más, pero es bastante si contamos que es del s. XV y que está hecho de adobe… nunca creímos que el barro podría sobrevivir así al paso de los años.

Desde aquí está tan cerca la frontera con Turkmenistán que no nos pudimos resistir… dónde mejor sitio para ver la puesta de sol que en su desierto? Ese oscuro país que al final se nos ha resistido y quedará en la lista de pendientes nos acompañó durante el ocaso regalándonos fotos como estas…

Paseando por Nukus

Si hay algo que gusta a los viajeros de Nukus ese es su bazar… vibrante, desordenado y con una lógica higiénica muy propia es uno de los bazares más representativos que vimos en el país. La variedad de productos es infinita y puedes encontrar allí todo lo que te propongas… Así que es recomendable siempre guardarse una mañana para dejarse llevar por sus puestos y terracitas, aunque sólo sea para comer un helado o cotillear.

El bazar es, también, lugar de salida de taxis a cualquier parte y el mejor sitio en Nukus para cambiar dinero… simplemente poned vuestra mejor cara de viajeros y enseguida alguien se os acercará a ofreceros SOM!